FERIAS DEL TIEMPO DE NAVIDAD ANTES DE EPIFANÍA
Cuando la Epifanía se celebra el Domingo que cae entre los días 2 al 8 de enero, después de la Epifanía se toman las lecturas propuestas para los días 7 al 12 de enero, y se omiten las siguientes.
2 DE ENERO
PRIMERA LECTURA
1 Jn 2, 22-28
Lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan
¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ése es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre.
En cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre; y ésta es la promesa que él mismo nos hizo: la vida eterna.
Os he escrito esto respecto a los que tratan de engañaros. Y en cuanto a vosotros, la unción que de él habéis recibido permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os enseñe. Pero como su unción os enseña acerca de todas las cosas –y es verdadera y no mentirosa– según os enseño, permaneced en él.
Y ahora, hijos, permaneced en él para que, cuando se manifieste, tengamos plena confianza y no quedemos avergonzados lejos de él en su venida.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 97, 1-2ab. 2cd-3ab. 3cd-4 (R∫.: 3cd)
R∫. Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
R∫. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R∫.
R∫. El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R∫.
R∫. Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R∫.
Aleluya
Hb 19, 12
R∫. Aleluya, aleluya, aleluya.
V∫. En muchas ocasiones habló Dios antiguamente
a nuestros padres por los profetas.
Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo.R∫.
EVANGELIO
Jn 1, 19-28
En medio de vosotros hay uno que no conocéis
Lectura del santo evangelio según san Juan.
STE fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan a que le preguntaran:
«¿Tú quién eres?»
Él confesó y no negó; confesó:
«Yo no soy el Mesías.»
Le preguntaron:
«¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?»
Él dijo:
«No lo soy.»
«¿Eres tú el Profeta?»
Respondió: «No.»
Y le dijeron:
«¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?»
Él contestó:
«Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías.»
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:
«Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
Juan les respondió:
«Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.»
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.
Palabra del Señor.
3 DE ENERO
PRIMERA LECTURA
1Jn 2, 29—3, 6
Todo el que permanece en él no peca
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan
Si sabéis que él es justo, reconoced que todo el que obra la justicia ha nacido de él.
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!
El mundo no nos conoce porque no lo conoció a él.
Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.
Todo el que comete pecado quebranta también la ley, pues el pecado es quebrantamiento de la ley.
Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados, y en él no hay pecado.
Todo el que permanece en él no peca. Todo el que peca no le ha visto ni conocido.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 97, 1-2ab. 3cd-4. 5-6 (R∫.: 3cd)
R∫. Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
V∫. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R∫.
V∫. Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R∫.
V∫. Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R∫.
Aleluya
Jn 1, 14. 12b
R∫. Aleluya, aleluya, aleluya.
V∫. La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros.
A cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios. R∫.
EVANGELIO
Jn 1, 29-34
Este es el Cordero de Dios
Lectura del santo evangelio según san Juan
«Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.»
Y Juan dio testimonio diciendo:
«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que ha de bautizar con Espíritu Santo”. Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios.»
Palabra del Señor.
4 DE ENERO
PRIMERA LECTURA
1 Jn 3, 7-10
No puede pecar, porque ha nacido de Dios
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan.
Quien comete el pecado es del Diablo, pues el Diablo peca desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del Diablo.
Todo el que ha nacido de Dios no comete pecado, porque su germen permanece en él, y no puede pecar, porque ha nacido de Dios.
En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del Diablo: todo el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 97, 1bcde. 7-8. 9 (R∫.: 3cd)
R∫. Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
V∫. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R∫.
V∫. Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos,
aclamen los montes. R∫.
V∫. Al Señor, que llega
para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R∫.
Aleluya
Heb 1, 1-2
R∫. Aleluya, aleluya, aleluya.
V∫. En muchas ocasiones habló Dios antiguamente
a los padres por los profetas.
En esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo. R∫.
EVANGELIO
Jn 1, 35-42
El que viene detrás de mí
«Este es el Cordero de Dios».
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta:
«¿Qué buscáis?».
Ellos le contestaron:
«Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?».
Él les dijo:
«Venid y veréis».
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima.
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice:
«Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)».
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:
«Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce: Pedro)».
Palabra del Señor.
5 DE ENERO
PRIMERA LECTURA
1 Jn 3, 11-21
Hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan.
Este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros.
No seamos como Caín, que procedía del Maligno y asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo asesinó? Porque sus obras eran malas, mientras que las de su hermano eran justas.
No os sorprenda, hermanos, que el mundo os odie; nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte.
El que odia a su hermano es un homicida. Y sabéis que ningún homicida lleva permanentemente en sí vida eterna. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos. Pero si uno tiene de bienes del mundo y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios?
Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.
En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestro corazón ante él, en caso de que nos condene nuestro corazón, pues Dios es mayor que nuestro corazón y lo conoce todo. Queridos, si el corazón no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 99, 1-2. 3. 4. 5 (R∫.: 1)
R∫. Aclama al Señor, tierra entera.
V∫. Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R∫.
V∫. Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R∫.
V∫. Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R∫.
V∫. El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades. R∫.
Aleluya
Heb 1, 1-2
R∫. Aleluya, aleluya, aleluya.
V∫. Un día sagrado nos ha iluminado;
venid, naciones, y adorad al Señor,
porque hoy una gran luz ha bajado a la tierra. R∫.
EVANGELIO
Jn 1, 43-51
Tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel
Lectura del santo Evangelio según san Juan.
«Sígueme».
Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encuentra a Natanael y le dice:
«Aquel de quien escribieron Moisés en la ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret».
Natanael le replicó:
«¿De Nazaret puede salir algo bueno?».
Felipe le contestó:
«Ven y verás».
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».
Natanael le contesta:
«¿De qué me conoces?».
Jesús le responde:
«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Natanael respondió:
«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús le contestó:
«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores».
Y le añadió:
«En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».
Palabra del Señor.
6 DE ENERO
PRIMERA LECTURA
1 Jn 5, 5-13
El Espíritu, el agua y la sangre
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan
¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
Este es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo.
No solo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
Porque tres son los testigos: el Espíritu, el agua y la sangre, y el testimonio de los tres es único.
Si aceptamos el testimonio humano, más fuerza tiene el testimonio de Dios. Pues este es el testimonio de Dios, que ha dado testimonio acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo.
Quien no cree a Dios lo hace mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y este es el testimonio: Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. Quien tiene al Hijo tiene la vida, quien no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
Os he escrito estas cosas a los que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que os deis cuenta de que tenéis vida eterna.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 147, 12-13. 14-15. 19-20 (R∫.: 12a)
R∫. Glorifica al Señor, Jerusalén.
O bien:
R∫. Aleluya.
V∫. Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R∫.
V∫. Ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz. R∫.
V∫. Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos. R∫.
Aleluya
cf. Mc 9, 7
R∫. Aleluya, aleluya, aleluya.
V∫. Se abrieron los cielos y se oyó la voz del Padre:
Este es mi Hijo amado; escuchadlo. R∫.
EVANGELIO (opción 1)
Mc 1, 6b-11
Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto
Lectura del santo evangelio según san Marcos.
«Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo».
Y sucedió que por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán.
Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu que bajaba hacia él como una paloma. Se oyó una voz desde los cielos:
«Tú eres mi Hijo amado, en ti me cmplazco».
Palabra del Señor.
EVANGELIO (opción 2, forma larga)
Lc 3, 23-28
Genealogía de Jesucristo, hijo de Adán, hijo de Dios
Lectura del santo evangelio según san Lucas
N aquel tiempo, Jesús, al empezar, tenía unos treinta años, y se pensaba que era hijo de José, que a su vez era de Helí, de Matat, de Leví, de Melqui, de Jannaí, de José, de Matatías, de Amos, de Nahún, de Eslí, de Nagái, de Maat, de Matatías, de Semein, de Josec, de Jodá, de Joanán, de Resá, de Zorobabel, de Salatiel, de Nerí, de Melquí, de Addí, de Cosán, de Elmadán, de Er, de Jesús, de Eliezer, de Jorín, de Matat, de Leví, de Simeón, de Judá, de José, de Jonam, de Eliacín, de Meleá, de Mená, de Matatá, de Natán, de David, de Jesé, de Jobed, de Booz, el de Salá, de Naasón, de Aminadab, de Admín, de Arní, de Esrón, de Fares, de Judá, de Jacob, de Isaac, de Abrahán, de Tara, de Nacor, de Seruc, de Ragáu, de Fálec, de Eber, de Salá, de Cainán, de Arfaxad, de Sem, de Noé, de Lamec, de Matusalén, de Henoc, de Járet, de Maleleel, de Cainán, de Enós, de Set, de Adán, de Dios.
Palabra del Señor.
EVANGELIO (opción 2, forma breve)
Lc 3, 23. 31-34. 36. 38
Genealogía de Jesucristo, hijo de Adán, hijo de Dios
✠
Lectura del santo evangelio según san Lucas
N aquel tiempo, Jesús, al empezar, tenía unos treinta años, y se pensaba que era hijo de José, que a su vez era de Helí, de Meleá, de Mená, de Matatá, de Natán, de David, de Jesé, de Jobed, de Booz, de Salá, de Naasón, de Aminadab, de Admín, de Arní, de Esrón, de Fares, de Judá, de Jacob, de Isaac, de Abrahán, de Tara, de Nacor, de Cainán, de Arfaxad, de Sem, de Noé, de Lámec, de Enós, de Set, de Adán, de Dios.
Palabra del Señor.
7 DE ENERO
PRIMERA LECTURA
1 Jn 5, 14-21
Nos escucha en lo que le pedimos
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan
En esto consiste la confianza que tenemos en el Hijo de Dios, en que si le pedimos algo según su voluntad, nos escucha. Y si sabemos que nos escucha en lo que le pedimos, sabemos que tenemos conseguido lo que le hayamos pedido.
Si alguno ve que su hermano comete un pecado que no es de muerte, pida y le dará vida –a los que cometan pecados que no son de muerte, pues hay un pecado que es de muerte, por el cual no digo que pida–.
Toda injusticia es pecado, pero hay pecado que no es de muerte.
Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Engendrado de Dios lo guarda, y el Maligno no llega a tocarlo. Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero yace en poder del Maligno.
Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna.
Hijos míos, guardaos de los ídolos.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 149, 1-2. 3-4. 5-6a y 9b (R∫.: 4a)
R∫. El Señor ama a su pueblo.
O bien:
R∫. Aleluya.
V∫. Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R∫.
V∫. Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. R∫.
V∫. Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas,
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles. R∫.
Aleluya
Lc 7, 16
R∫. Aleluya, aleluya, aleluya.
V∫. Un gran Profeta ha surgido entre nosotros.
Dios ha visitado a su pueblo. R∫.
EVANGELIO
Jn 2, 1-12
En Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos
Lectura del santo evangelio según san Juan
N aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice:
«No les queda vino».
Jesús le dice:
«Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora».
Su madre dice a los sirvientes:
«Haced lo que él diga».
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dice:
«Llenad las tinajas de agua».
Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les dice:
«Sacad ahora y llevadlo al mayordomo».
Ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al esposo y le dice:
«Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora».
Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.
Palabra del Señor.
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