sábado, 11 de enero de 2020

FERIAS DEL TIEMPO DE NAVIDAD DESPUÉS DE EPIFANÍA

FERIAS DEL TIEMPO DE NAVIDAD DESPUÉS DE LA EPIFANÍA
Durante las ferias que siguen a la Epifanía se emplean las lecturas asignadas a continuación para cada día.
El lunes posterior al Bautismo del Señor comienzan a emplearse las lecturas del tiempo ordinario, por lo que se omitirán las aquí asignadas para los días del 7 al 12 de enero.
7 DE ENERO
o bien
LUNES DESPUÉS DEL DOMINGO DE EPIFANÍA
PRIMERA LECTURA
1 Jn 3, 1. 22—4, 6
Examinad si los espíritus vienen de Dios
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan.

UERIDOS hermanos:
Cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.
Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.
Queridos míos: no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo.
En esto podréis conocer el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo venido en carne es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús no es de Dios: es del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo.
Vosotros, hijos míos, sois de Dios y lo habéis vencido. Pues el que está en vosotros es más que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan según el mundo y el mundo los escucha. Nosotros somos de Dios.
Quien conoce a Dios nos escucha, quien no es de Dios no nos escucha.
En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 2, 7-8. 10-12a (R∫.: 8 a)
R∫. Te daré en herencia las naciones.
V∫. Voy a proclamar el decreto del Señor; 
él me ha dicho: «Tú eres mi Hijo:
yo te he engendrado hoy. 
Pídemelo:
te daré en herencia las naciones, 
en posesión, los confines de la tierra.» R∫.

V∫. Y ahora, reyes, sed sensatos; 
escarmentad, los que regís la tierra: 
servid al Señor con temor, 
rendidle homenaje temblando. R∫.
Aleluya
Mt 4, 23
R∫. Aleluya, aleluya, aleluya.
V∫. Jesús proclamaba el Evangelio del reino,
curando las dolencias del pueblo.
EVANGELIO
Mt 4, 12-17. 23-25
Está cerca el reino de los cielos
Lectura del santo evangelio según san Mateo.

N aquel tiempo, al enterarse Jesús de que habían arrestado a   Juan se retiró a Galilea.
Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías:
«País de Zabulón y país de Neftali,
camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles.
El pueblo que habitaba en tinieblas
vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte,
una luz les brilló.»
Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.»
Jesús recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando las enfermedades y dolencias en el pueblo.
Su fama se extendió por toda Siria y le traían todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y él los curó.
Y lo seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Trasjordania.
Palabra del Señor.
8 DE ENERO
o bien
MARTES DESPUÉS DEL DOMINGO DE EPIFANÍA
PRIMERA LECTURA
1 Jn 4, 7-10
Dios es amor
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan.

UERIDOS hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación para nuestros pecados.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 71, 1-2. 3-4ab. 7-8  (R∫.: cf. 11)
R∫. Que todos los pueblos de la tierra se postren ante ti, Señor.
V∫. Dios mío, confía tu juicio al rey, 
tu justicia al hijo de reyes, 
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R∫.

V∫. Que los montes traigan paz, 
y los collados justicia; 
que él defienda a los humildes del pueblo, 
socorra a los hijos del pobre. R∫.

V∫. Que en sus días florezca la justicia 
y la paz hasta que falte la luna; 
que domine de mar a mar, 
del Gran Río al confín de la tierra. R∫.
Aleluya
Lc 4, 18
R∫. Aleluya, aleluya, aleluya.
V∫. El Señor me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres,
para anunciar a los cautivos la libertad. R∫. 
EVANGELIO
Mc 6, 34-44
Jesús se revela como profeta en la multiplicación de los panes
Lectura del santo evangelio según san Marcos.

N aquel tiempo, Jesús vio una multitud y se compadecía de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.
Cuando se hizo tarde se acercaron sus discípulos a decirle:
«Estamos en despoblado, y ya es muy tarde. Despídelos, que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer.»
Él les replicó:
«Dadles vosotros de comer.»
Ellos le preguntaron:
«¿Vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?»
Él les dijo:
«¿Cuántos panes tenéis? Id a ver.»
Cuando lo averiguaron le dijeron:
«Cinco, y dos peces.»
Él les mandó que la gente se recostara sobre la hierba verde en grupos. Ellos se acomodaron por grupos de cien y de cincuenta.
Y tomando los cinco panes y los dos peces, alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran. Y repartió entre todos los dos peces.
Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos de pan y de peces.
Los que comieron eran cinco mil hombres.
Palabra del Señor.
9 DE ENERO
o bien
MIÉRCOLES DESPUÉS DEL DOMINGO DE EPIFANÍA
PRIMERA LECTURA
1 Jn 4, 11-18
Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan.

UERIDOS hermanos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.
En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo.
Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él.
Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él.
En esto ha llegado el amor a su plenitud con nosotros: en que tengamos confianza en el día del juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
No hay temor en el amor, sino que el amor perfecto expulsa el temor, porque el temor mira el castigo; quien teme no ha llegado a la plenitud en el amor.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 71, 1-2. 10-11. 12-13 (R∫.: cf. 11)
R∫. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.

V∫. Dios mío, confía tu juicio al rey, 
tu justicia al hijo de reyes, 
para que rija a tu pueblo con justicia, 
a tus humildes con rectitud. R∫.

V∫. Los reyes de Tarsis y de las islas 
le paguen tributo.
Los reyes de Saba y de Arabia 
le ofrezcan sus dones; 
póstrense ante él todos los reyes, 
y sírvanle todos los pueblos. R∫.

V∫. Él librará al pobre que clamaba, 
al afligido que no tenía protector; 
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida a los pobres. R∫.
Aleluya
cf. 1 Tim 3, 16
R∫. Aleluya, aleluya, aleluya.
V∫. Gloria a ti, Cristo, proclamado a las naciones;
gloria a ti, Cristo, creído en el mundo. R∫. 
EVANGELIO
Mc 6, 45-52
Lo vieron andar sobre el lago
Lectura del santo evangelio según san Marcos.

ESPUÉS de haberse saciado los cinco mil hombres, Jesús enseguida apremió a los discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran hacia la orilla de Betsaida, mientras él despedía a la gente. Y después de despedirse de ellos, se retiró al monte a orar.
Llegada la noche, la barca estaba en mitad del lago, y Jesús, solo, en tierra.
Viéndolos fatigados de remar, porque tenían viento contrario, a eso de la cuarta vigilia de la madrugada, va hacia ellos andando sobre el mar, e hizo ademán de pasar de largo.
Ellos, viéndolo andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma y dieron un grito, porque todos lo vieron y se asustaron.
Pero él habló en seguida con ellos y les dijo:
«Ánimo, soy yo, no tengáis miedo.»
Entró en la barca con ellos, y amainó el viento.
Ellos estaban en el colmo del estupor, pues no habían comprendido lo de los panes, porque tenían la mente embotada.
Palabra del Señor.
10 DE ENERO
o bien
JUEVES DESPUÉS DEL DOMINGO DE EPIFANÍA
PRIMERA LECTURA
1 Jn 4, 19—5, 4
Quien ama a Dios, ame también a su hermano
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan.

UERIDOS hermanos:
Nosotros amemos a Dios, porque él nos amó primero. Si alguno dice: «Amo a Dios», y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve.
Y hemos recibido de él este mandamiento: quien ama a Dios, ame también a su hermano.
Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama al que da el ser ama también al que ha nacido de él.
En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos.
Pues en esto consiste el amor de Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 71, 12.14 y 15bc. 17 (R∫.: cf. 11)
R∫. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
V∫. Dios mío, confía tu juicio al rey, 
tu justicia al hijo de reyes, 
para que rija a tu pueblo con justicia, 
a tus humildes con rectitud. R∫.

V∫. Él rescatará sus vidas de la violencia, 
su sangre será preciosa a sus ojos. 
Recen por él continuamente 
y lo bendigan todo el día. R∫.

V∫. Que su nombre sea eterno, 
y su fama dure como el sol; 
él sea la bendición de todos los pueblos, 
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R∫.
Aleluya
Lc 4, 18
R∫. Aleluya, aleluya, aleluya.
V∫. El Señor me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres,
para anunciar a los cautivos la libertad. R∫. 
EVANGELIO
Lc 4, 14-22a
Hoy se cumple esta Escritura
Lectura del santo evangelio según san Lucas.

N aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca.
Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.
Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí, 
porque él me ha ungido.
Me ha enviado a evangelizar a los pobres, 
a proclamar a los cautivos la libertad, 
y a los ciegos, la vista;
a poner en libertad a los oprimidos; 
a proclamar el año de gracia del Señor.»
Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él. Y él comenzó a decirles:
«Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.»
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de su boca.
Palabra del Señor.
11 DE ENERO
o bien
VIERNES DESPUÉS DEL DOMINGO DE EPIFANÍA
PRIMERA LECTURA
1 Jn 5, 5-13
El Espíritu, el agua y la sangre
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan.

UERIDOS hermanos:
¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
Este es el que vino por el agua y la sangre: Jesucristo.
No sólo en el agua, sino en el agua y en la sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
Porque tres son los que dan testimonio: el Espíritu, el agua y la sangre, y el testimonio de los tres es único.
Si aceptamos el testimonio humano, mayor es el testimonio de Dios. Pues este es el testimonio de Dios, que ha dado testimonio acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo.
Quien no cree a Dios le hace mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y este es el testimonio: Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. Quien tiene al Hijo tiene la vida, quien no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
Os he escrito estas cosas a los que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que os deis cuenta de que tenéis vida eterna.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 147, 12-13. 14-15. 19-20 (R∫.: 12a)
R∫. Glorifica al Señor, Jerusalén.
O bien:
R∫. Aleluya.
V∫. Glorifica al Señor, Jerusalén; 
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puerta s,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R∫.

V∫. Ha puesto paz en tus fronteras, 
te sacia con flor de harina. 
Él envía su mensaje a la tierra, 
y su palabra corre veloz. R∫.

V∫. Anuncia su palabra a Jacob, 
sus decretos y mandatos a Israel; 
con ninguna nación obró así, 
ni les dio a conocer sus mandatos. R∫.
Aleluya
Mt 4, 23
R∫. Aleluya, aleluya, aleluya.
V∫. Jesús proclamaba el Evangelio del reino,
y curaba las dolencias del pueblo. R∫. 
EVANGELIO
Lc 5, 12-16
En seguida le dejó la lepra
Lectura del santo evangelio según san Lucas.


UCEDIÓ que, estando Jesús en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra; al ver a Jesús, cayendo sobre su rostro, le suplicó diciendo: 
«Señor, si quieres puedes limpiarme.» 
Y extendiendo la mano, y lo tocó diciendo: 
«Quiero, queda limpio.» 
Y en seguida la lepra se le quitó. 
Y él le ordenó no comunicarlo a nadie; y le dijo: 
«Ve, preséntate al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés para que les sirva de testimonio».
Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a oírlo y a que los curara de sus enfermedades.
Él, por su parte, solía retirarse a despoblado y se entregaba a la oración.
Palabra del Señor.
12 DE ENERO
o bien
SÁBADO DESPUÉS DEL DOMINGO DE EPIFANÍA
PRIMERA LECTURA
Jn 5, 14-21
Nos escucha en lo que le pedimos
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan.

UERIDOS hermanos:
En esto consiste la confianza que tenemos en el Hijo de Dios, en que si le pedimos algo según su voluntad, nos escucha. Y si sabemos que nos escucha en lo que le pedimos, sabemos que tenemos conseguido lo que le hayamos pedido.
Si alguno ve que su hermano comete un pecado que no es de muerte, pida y le dará vida –a los que cometan pecados que no son de muerte, pues hay un pecado que es de muerte, por el cual no digo que pida–.
Toda injusticia es pecado, pero hay pecado que no es de muerte.
Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Engendrado de Dios lo guarda, y el Maligno no llega a tocarlo. Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero yace en poder del Maligno.
Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna.
Hijos míos, guardaos de los ídolos.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 149, 1-2. 3-4. 5-6a y 9b (R∫.: 4a)
R∫. El Señor ama a su pueblo.
O bien:
R∫. Aleluya.

V∫. Cantad al Señor un cántico nuevo, 
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; 
que se alegre Israel por su Creador, 
los hijos de Sión por su Rey. R∫.

V∫. Alabad su nombre con danzas, 
cantadle con tambores y cítaras; 
porque el Señor ama a su pueblo 
y adorna con la victoria a los humildes. R∫.

V∫. Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas,
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles. R∫.
Aleluya
Mt 4, 16
R∫. Aleluya, aleluya, aleluya.
V∫. El pueblo que habitaba en tinieblas
vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte,
una luz les brilló. R∫. 
EVANGELIO
Jn 3, 22-30
El amigo del esposo se alegra con la voz del esposo
Lectura del santo evangelio según san Juan.

N aquel tiempo, fue Jesús con sus discípulos a Judea, se quedó allí con ellos y bautizaba.
También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salín, porque había allí agua abundante; la gente acudía y se bautizaba. A Juan todavía no le habían metido en la cárcel.
Se originó entonces una discusión entre un judío y los discípulos de Juan acerca de la purificación; ellos fueron a Juan y le dijeron: 
«Rabí, el que estaba contigo en la otra orilla del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ese está bautizando, y todo el mundo acude a él».
Contestó Juan:
«Nadie puede tomarse algo para sí si no se lo dan desde el cielo. Vosotros mismos sois testigos de que yo dije: “Yo no soy el Mesías, sino que he sido enviado delante de él”. El que tiene la esposa es el esposo; en cambio, el amigo del esposo, que asiste y lo oye, se alegra con la voz del esposo; pues esta alegría mía está colmada. Él tiene que crecer, y yo tengo que menguar».

Palabra del Señor.

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